El implante NFC se expande por Europa para reemplazar el uso de tarjetas físicas

Cerca de 5000 personas llevan en su mano implantado un dispositivo que utilizan en su día a día para montar en el tren, entrar en sus oficinas de trabajo o en el gimnasio, sacar fotocopias e incluso comprar aperitivos en máquinas expendedoras.
“Hemos pasado de tener ordenadores muy grandes a móviles y wearables. El siguiente paso es un dispositivo implantable”, explica Juanjo Tara, cofundador y CTO de Dsruptive.
Cerca de 5.000 personas en Suecia utilizan ya un implante NFC en su mano para almacenar información privada o en sustitución de tarjetas físicas https://t.co/gcf2TVxhl0 vía @elpais_retina
— Fom | Industria 4.0 (@fomIoT) July 27, 2020
Existen otras compañías como Dangerous Things o Biohax que exploran las posibilidades de estos implantes. El de Dsruptive se usa principalmente en tres ámbitos: para viajar en diferentes medios de transporte, en accesos a recintos y como medio de almacenamiento de información privada.
La medicina evalúa que este método en un futuro se pueda utilizar para buscar la causa de por qué una persona está nerviosa o cuál es la razón de que le haya subido la temperatura.
Implantarse el dispositivo cuesta entre 150 y 200 euros. En Suecia es legal hacerlo en estudios de tatuajes y piercings porque “está considerado como un piercing subcutáneo”. En Japón y Londres solo se realiza en clínicas privadas.