Versiones fidedignas: Tensiones en el macrismo por el espionaje

Los manuales advierten que en materia política "no se hace lo que verdaderamente se piensa, ni realmente se piensa lo que se dijo". Por eso, los rumores y murmullos son tan importantes como los "textuales" de cada día...
No le atienden más el teléfono
La causa por el espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri está generando las primera internas dentro del PRO y más allá de que ninguno de sus dirigentes de primera línea hizo alguna autocrítica sobre el escándalo y aquellos que hablaron se limitaron a apelar al tradicional argumento que dice que “hay que dejar que actúe la justicia”, lo cierto es que la tensión es evidente.
Los trascendidos indican que inmediatamente después de que se conocieron los listados de víctimas de las escuchas, y cuando los periodistas cercanos al gobierno actual todavía no terminaban de desmenuzar la información, la ex gobernadora María Eugenia Vidal y el diputado Christian Ritondo “bloquearon” a Macri en whatsapp y telegram, y dejaron de atender sus llamados.
En paralelo, se multiplicaron los llamados entre ellos dos, y con otros dirigentes del macrismo que ya se habían alejado del ex presidente, como por ejemplo Emilio Monzó, lo que equivale a decir que el escándalo de las escuchas volvió a tender puentes entre sectores enfrentados dentro de la alianza que gobernó hasta diciembre de 2019.
Por ahora el “garante” de que las relaciones no vuelen por los aires es el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y si bien nadie cree que la sangre pueda llegar al río. Nadie en el entorno del ex presidente niega que la situación perjudicó las relaciones con algunos de sus socios mas estrechos dentro del PRO.
Un silencio (radical), vale más que mil palabras
Los dirigentes de la UCR eligieron seguir el mismo camino que los del PRO y mantener el mayor silencio posible sobre la situación de las escuchas ilegales, que también tuvo como víctimas a varios integrantes del partido centenario, sin embargo iniciaron un lento proceso de despegue e instalación de sus figuras propias, sin pasar facturas, pero evidenciando que el espionaje realizado por Macri rompió los puentes que supo construir hace ya 6 años Ernesto Sanz.
El primer paso, con firme impronta bonaerense, fue la nueva forma de comunicación que adoptaron los intendentes y legisladores radicales, que desde hace un par de semanas ya no se identifican como integrantes de Juntos por el Cambio, sino como “Radicales en JxC”, una marca de identidad que hasta ahora había sido inexistente, salvo en algunos casos particulares y en aquellos distritos en los que el sello radical tenía un peso específico absoluto.
Pero lo que podría haber sido solo una estrategia del radicalismo bonaerense para tratar de “subirse el precio”, se evidenció como una consecuencia de las tensiones internas en la alianza opositora, cuando el titular del partido a nivel nacional, Alfredo Cornejo, aseguró que los radicales bonaerenses no debían depender de Vidal, lo que desató otro cimbronazo, que también fue una devolución de favores al macrismo duro por las escuchas.
Los anotados en la carrera radical son el eterno candidateable, Gustavo Posse, al que se le suman sus pares de General Viamonte, Franco Flexas y de Magadelena, Gonzalo, Peluso, ambos representantes de la nueva camada de intendentes, con una gestión exitosa y sobre todo con cintura política para hacer equilibrio dentro de una alianza con el PRO, algo que al hombre San Isidro podría costarle un poco más.
Por lo pronto, eso es todo, queridos lectores…