Gremiales
Negocia con sectores díscolos

Se tensa la situación en el Sindicato de Taxistas y Viviani prepara el terreno para su salida

Viviani busca dejar en la conducción a una figura de su riñón para evitar una salida escandalosa y -sobre todo- cualquier tipo de auditoría interna. (Dibujo: NOVA)

El Sindicato de Taxistas se encuentra en pleno estado de ebullición interna tras la confirmación de la salida de Omar Viviani de la conducción, luego de más de 3 décadas y en medio de fuertes presiones por la llegada de las aplicaciones de transporte que ponen en riesgo la continuidad de las fuentes laborales de miles de peones de taxis de la CABA y del resto del país.

Como ya informó NOVA de forma exclusiva, tras 6 meses de tensas negociaciones, el todavía titular del sindicato finalmente aceptó que la pérdida de apoyo interno, sumado a la falta de acuerdo con el resto de los sectores del sindicalismo a nivel nacional, hacían conveniente que de un paso al costado, a pesar de lo cual busca dejar en la conducción a una figura de su riñón para evitar una salida escandalosa y -sobre todo- cualquier tipo de auditoría interna.

Vale recordar que la interna tuvo su punto más caliente a finales del año pasado, cuando un sector disidente de la conducción amenazó con movilizar a los trabajadores hasta la sede del sindicato para desplazar al secretario general y exigir el llamado a elecciones para reemplazar a todas las autoridades, aunque la convocatoria finalmente no se realizó por temor a que una "patota" de Viviani terminara provocando un enfrentamiento entre taxistas.

En ese momento el titular del sindicato intentó ponerle paños fríos a la situación, para lo cual buscó el apoyo de sectores de la CGT, que sin embargo eligieron soltarle la mano y aceleraron los tiempos, generando las condiciones para un recambio de autoridades, lo que llevó a Viviani a poner en marcha un proceso para apartarse de la conducción, pero manteniendo el status quo.

A nivel interno el principal problema que enfrenta el dirigente es la llegada de las aplicaciones como "Uber", "Cabify" y otras por el estilo que generan una fuerte competencia desleal con los propietarios y peones de taxis, poniendo en riesgo miles de puestos de trabajo, debido a que los trabajadores se quejan porque "la defensa contra las aplicaciones es casi inexistente".

En ese sentido, la posición "permisiva" del sindicato con el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires frente a la autorización del uso de las app de transporte, se debe también a que uno de los principales ingresos corresponden a los subsidios que aporta el Estado local, comandado por Horacio Rodríguez Larreta, a través de la "escuelita", como se denomina de manera vulgar al centro de capacitación y profesionalización que posee ese espacio sindical.

El plan de Viviani es dar un paso al costado, avanzar con los trámites de jubilación, y aplicar el reglamento de acefalía que dispone el estatuto interno, es decir que el nuevo titular pasaría a ser Jorge Luis García, actual secretario adjunto, lo que además provocaría un corrimiento de todos los cargos hacia arriba y liberaría algunos cargos que el actual secretario general pretende "negociar" con los sectores díscolos.

García completaría el mandato del secretario saliente, es decir que recién dentro de dos años habría elecciones, pero la propuesta para la salida de Viviani incluye una lista de unidad acordada ya mismo, para liberar la participación recién dentro de 6 años, para que recién entonces se pueda avanzar con cualquier medida de control y auditoría sobre la actual gestión, y luego de que parte de la oposición se integre, si es que hay acuerdo, con la nueva conducción.

El último elemento que falta es el saneamiento de los pasivos del sindicato, para lo cual la intención de Viviani es desprenderse del edificio que la obra social de los taxistas tiene en calle Entre Ríos y liquidar otros inmuebles de menor valor, para entregar la gestión "sin deudas" y evitar tensiones inmediatas tras la entrega del poder.

Por el momento todos los sectores internos admiten que "se está negociando" y si bien ninguno quiere cantar victoria, hay coincidencia plena en que sea cual sea el resultado de esas negociaciones, llegó el final para Viviani al frente del sindicato.

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