
Muchas de las personas que estuvieron alejadas y perdieron contacto físico con otros, producto del aislamiento social y preventivo, tuvieron que acudir a la tecnología para intentar achicar las distancias y generar encuentros íntimos, aunque sea a través de una pantalla.
Por otro lado, hay un grupo que si tiene el contacto directo con su pareja pero que en medio del teletrabajo, las tareas de cuidado y la nueva cotidianidad, intentan encontrar los espacios para estimular el deseo.
El sexting no me va para nada. https://t.co/AKLiqf40Ja
— 𝐒𝐈𝐌𝐎𝐍𝐄. (@gxldencobra) June 21, 2020
Para la sexóloga Gemma Deulofeu, ha sido un momento para “darnos permisos para revisarnos, para darnos cuenta de qué nos gusta y qué no, para probar y experimentar”, aunque advierte que “no se pueden atribuir todos los cambios al confinamiento".
Una de las limitantes para establecer los encuentros sexuales esporádicos o casuales subyace en la falta de espacios públicos, donde generalmente se busca interactuar previo al acto en sí, como los boliches, festivales o restaurantes.
Sin embargo, en un escenario donde todavía existe riesgo de contagio, de parte de algunas personas ya hay un recelo de abrirse por completo o retomar su vida “común y corriente”. De todas formas, hay un grupo importante que necesitará recuperar el tiempo perdido, y sin miedo, se lanzará a explorar, regresando a sus actividades sociales.
La cuestión es que el sexting y los encuentros sexuales virtuales, aunque suman, no reemplazan el contacto físico. La necesidad del contacto con el otro o de explorar con la pareja es clave para disfrutar las relaciones sexuales al cien por ciento.