La exploración se basa en un movimiento llamado “edging”, y aunque en español la traducción sería algo así como "cenefa", en realidad lo más apropiado sería hablar de "borde" o "límite" porque se trata justo de eso: parar antes de llegar al precipicio y darse la vuelta, para que la experiencia sea mucho más memorable.
Esta técnica del control del orgasmo implica el mantenimiento de un alto nivel de excitación sexual durante un período prolongado de tiempo sin llegar al éxtasis. Sirve para conseguir el culmen cuando finalmente se da el clímax.
Cuando un hombre sabe calentar a una mujer sin necesidad de la penetración, puede hacerla sentir grandes orgasmos
— El_escritor (@Elescri63624276) June 6, 2020
Utiliza todas las partes del cuerpo no solo el pene
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Este movimiento no solo aumentará la cantidad de semen, sino que también lo harán las contracciones que se dan con la liberación y producen un océano de placer.
Una alternativa para llevar a cabo esta habilidad según la sexóloga Uchenna Ossai es pensar en una luz roja y verde. “Cuando te acercas al orgasmo (la luz roja) deja de hacerlo por completo y deja que la energía sexual se calme un poco antes de comenzar de nuevo (luz verde). Si no quieres ser tan extremo puedes continuar tocando lentamente otras partes del cuerpo, lo que mantiene la energía sexual pero no tan fuerte, listo para volver al campo de batalla", ejemplificó la especialista.