Editorial
"La libertad no se negocia"

La rebelión de los anticuarentena

Libertarios, macristas y teóricos de las más diversas conspiraciones se congregaron este sábado en distintos puntos del país para exigir el fin del aislamiento obligatorio. (Dibujo: NOVA)

“No somos esclavos”, “La libertad no se negocia”, “Se va a acabar la dictadura de los K”, “Soros o Perón” y “Basta con la violación de derechos” fueron solo algunas de las consignas que alzaron los inefables militantes anticuarentena, horda de macristas, libertarios y teóricos de las más diversas conspiraciones que se congregaron este sábado en distintos puntos del país para exigir el fin del aislamiento obligatorio.

Motivados por la crisis económica que se agudizó por la pandemia, volvieron a reclamar "libertad para trabajar y movilizarse". El punto de encuentro fue en el Obelisco, lugar emblemático de la Capital Federal, aunque también hubo manifestaciones en Córdoba, Mendoza, Río Negro y Tucumán.

Tres médicas que llegaron hasta el centro porteño con un cartel para advertir que “La cuarentena salva vidas” fueron agredidas. Es que para muchos de estos “activistas” el virus no existe, por lo que durante la concentración no respetaron el distanciamiento social y algunos no usaron barbijo.

Estas protestas fueron la coronación de una semana intensa en la que políticos, dirigentes y personalidades del espectáculo apuntaron sus cañones contra la decisión del gobierno de Alberto Fernández.

Quien encabezó el fogoneo desde la oposición fue Patricia Bullrich, presidenta del PRO, al manifestar que la cuarentena “fue un tiempo perdido”. La ex ministra de Cambiemos acusó al Ejecutivo de “correr el arco”, en relación a las sucesivas prórrogas desde el 20 de marzo pasado. “La incertidumbre y la falta de plan es lo que tiene problemas. El país no aguanta tres meses más de cuarentena. Pido que haya certezas”, remató.

Pero no fue la única que criticó las medidas para evitar la propagación de la pandemia. El juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, consideró que el aislamiento debía limitarse: “En Argentina hay zonas donde no hay prácticamente contagio local: ahí no se justifica la cuarentena. La regla general hoy es que la limitación de la circulación y de las libertades tiene que terminar y enfocarse en donde se transmite".

Por su parte, la carismática (y siempre boca suelta) Susana Giménez, expresó desde su “exilio” en Uruguay su temor a que los gobernantes “conviertan a la Argentina en Venezuela".

En Olivos y en la Casa Rosada pretenden que los detractores “miren hacia gran parte del territorio nacional”, donde, más allá de la exigencia de mantener protocolos higiénicos, desde hace un mes se vienen habilitando nuevas actividades productivas, comerciales y recreativas. En Mendoza y Formosa, por ejemplo, ya se permiten encuentros familiares de no más de diez personas; en Catamarca abrieron bares, restaurantes, hoteles y gimnasios; mientras que en San Luis se habilitaron las actividades deportivas.

Con este panorama de fondo, los gobiernos nacional, porteño y bonaerense siguen enfocando gran parte del esfuerzo sanitario en el Área Metropolitana, principalmente en las villas de la Capital Federal y en los asentamientos del conurbano, donde está el epicentro de la pandemia y los casos crecen exponencialmente día tras día.

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