
Hay muchas maneras de acercarse a un momento erótico, y los masajes trazan uno de los caminos que ofrecen resultados de gran eficacia. ¿Hay alguien que se resista a esta práctica? La respuesta seguramente sea “no”, y eso se debe a que involucra una gran cantidad de caricias en distintas partes del cuerpo.
Si bien también suelen cumplir una función relajante e incluso terapéutica, al aplicarlos a la intimidad sin duda se transformarán en un método de comunicación exento de palabras que despertará múltiples sensaciones. Además, establecerán un nivel de intimidad emocional entre ambos que trascenderá la mera atracción física.
El cuello es zona erógena de alto impacto, los latidos del corazón se hacen eco y el nerviosismo de quien recibe la caricia se hace evidente
— Doctora Sexual (@DoctoraSexual) March 24, 2020
Por otro lado, los masajes promueven un “clima” amoroso, reafirman la confianza mutua, potencian el deseo y ayudan a prolongar el orgasmo.
El masaje erótico es una buena estrategia especialmente para aquellas parejas que se conocen en profundidad, ya que cada uno sabrá cuáles son los puntos más sensibles del cuerpo de su compañero/a, y las zonas clave a las cuales dirigirse para proporcionar placer. Aunque quien lo ejerce disfruta el ritual, quien lo recibe estará a punto de tocar el cielo con las manos.
En cambio, en el caso de aquellas parejas que están empezando a conocerse, es una herramienta infalible para ir explorando y descubriendo la sexualidad del otro.