Desde el Grupo Fascetto ya habrían decidido bajarle la persiana a la edición de papel, argumentando caída en las ventas, en paralelo al aumento de los insumos, que además en muchos casos están en manos de empresas vinculadas al Grupo Clarín, el cual controla no solo los medios sino también la fabricación del papel prensa.

Y según los rumores, es precisamente el holding que conduce Héctor Magnetto el que estaría interesado en adquirir la parte residual del diario para mantenerlo en funcionamiento pero, en principio, solo en su edición digital y tener una presencia fuerte en el conurbano, una zona dominada por medios con una línea editorial sensacionalista y con poco acento en el análisis político.

La desaparición de diario en papel es un secreto a voces, y los trabajadores están expectantes porque no está claro si se mantendrán los planteles funcionando de forma completa o si, como consecuencia de la medida, también habrá despidos. Algunos temen que esta decisión de la empresa sea solo un paso previo al cierre definitivo.

Las supuestas negociaciones con Clarín no fueron confirmadas, pero los rumores indican que la empresa de Magnetto estaría dispuesta a aplicar el mismo mecanismo de asfixia que ya utilizó en el pasado para quedarse con Diario Popular. Para eso, tiene una herramienta que es el control de Papel Prensa, con lo que puede poner en riesgo la continuidad de la tirada del diario.