La situación económica de los argentinos ha empeorado en los últimos, con políticas que apuntaron a desregular el Estado y poner en el eje en el mercado. A las malas decisiones en el pasado, se le suma una pandemia que amenaza no solamente con cambiar la cosmovisión, sino también con perjudicar gravemente las finanzas individuales y colectivas.
El aislamiento preventivo y obligatorio le puso un freno a la maquinaria de producción y son varios los sectores que se vieron golpeados por esta decisión que tomó el presidente Alberto Fernández. Inevitablemente el consumo va a caer y también lo hará de manera estrepitosa la actividad comercial, lo que implicará la profundización de la recesión.
A esto debería sumársele que hay muchos argentinos bajo la línea de pobreza, una enorme cantidad de desempleados y una gran porción de cuentapropistas que sentirá el rigor del Coronavirus y sus efectos en la economía. Aquellos que día a día salen a ganarse el pan ven como un puñal se les clava en lo más hondo al percibir las calles tan vacías.
Esto alimentó todo tipo de rumores que se fueron incrementando con el correr de los días. Si bien el gobierno planteó una serie de medidas paliativas otorgando dinero a los monotributisas y a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, entre otros sectores, no son pocos los que creen que en el corto plazo podría generarse una situación de caos.
Por momentos se habla de la posibilidad de que existan saqueos e, incluso, se los vincula también al fuego amigo con una decisión de querer embarrar la cancha ante el crecimiento de la imagen presidencial. Desde adentro mismo del Frente de Todos intentarían desnivelar el nivel de aceptación de Alberto Fernández, que llegó a límites históricos.
Las imágenes de lo sucedido durante diciembre de 2001, con una gran cantidad de gente entrando a los supermercados y comercios para arrebatar cualquier producto que esté a su alcance, todavía está latente. El hambre, el desempleo y la pobreza que existe en la actualidad, son similares a los índices que en aquella época terminaron con el gobierno de Fernando De la Rúa.
La explosión de una bomba social es hoy por hoy una de las principales preocupaciones de las autoridades nacionales. Por lo tanto, habrían decidido reforzar algunas zonas calientes del Conurbano bonaerense con más efectivos policiales y ampliar la presencia de gendarmería en varias ciudades del Área Metropolitana.
Por el momento tan solo son rumores, pero en este contexto con una economía devastada que todavía no encuentra el piso, será muy difícil encontrar una pronta solución social. El gobierno está jugando sus cartas más importantes, no solamente en lo que respecta estrictamente a la salud, sino fundamentalmente en tratar de evitar una caída económica mucho más al fondo de lo que podría llegar