Algunos países ya han comenzado a trabajar en distintos tratamientos y sobre todo en la posibilidad de la creación de la vacuna para este extraño virus que amenaza con derribar al mundo tal como lo conocemos hoy. Los primeros temblores de la economía ya comenzaron a sentirse, a pesar de que los especialistas anuncian un futuro aún más catastrófico.

Pero hasta tanto se logre realmente encontrar el antídoto, algo que podría durar varios meses más, la única solución posible es el aislamiento social. A muchos les parece inútil e insólita la orden de permanecer en sus casas, pero no se ha encontrado una forma más efectiva de detener la propagación del Coronavirus, y hay sobrados ejemplos de que aquellos que no tomaron al toro por las astas con medidas extremas, están sufriendo las consecuencias.

No existe hasta el momento una solución mágica, y aunque parezca una decisión antipática, que golpea a vastos sectores de la sociedad, que profundiza la crisis económica en la que está inmersa la Argentina, que afecte a las pymes, que haga peligrar puestos laborales, que perjudique a aquellos que salen a buscar el pan día a día, es una medida que hay cumplir.

Fue el propio presidente quien lo aclaró en una entrevista televisiva: "Yo no estoy peleando por la economía, estoy peleando por la vida. No estoy haciendo política, sino valorando a la sociedad argentina", fue el claro mensaje de Alberto Fernández, en el que relevó cuáles son sus prioridades en la actualidad.

En este momento tan crudo, la realidad exige resoluciones drásticas para cuidar a todos los argentinos, justo cuatro años después de que el sector de la salud haya sido uno de los más golpeados por las políticas de la gestión anterior que, a pesar de recortar gastos y presupuestos, tampoco pudo acomodar la economía y empeoró todos los índices. Es tiempo de frenar la pelota, después habrá tiempo para reconstruir.