La gravedad de la situación es tal que algunos países europeos, encabezados por Francia e Italia, están considerando seriamente la nacionalización, o bien la conversión en empresas mixtas con mayoría accionaria estatal, de algunas importantes empresas.

El argumento utilizado es la necesidad de colaborar para ayudarlas a hacer frente a las penurias financieras que impuso el coronavirus. En realidad, las dificultades financieras de esas empresas se arrastran desde mucho tiempo atrás y la pandemia se presenta como una excusa inmejorable para practicar el salvataje de los empresarios privados.

En el caso francés, las empresas bajo la mira son BNP Paribas, Renault y Air France KLM, mientras que en Italia la aerolínea Ali BNP Paribas, la automotriz Renault y la aerolínea Air France KLM , mientras que Alitalia es la primera que aparece en el ranking de ayuda del Estado italiano.

El ministro de Finanzas Bruno Le Maire aseguró que haría todo lo que estuviera a su alcance para “proteger a las grandes compañías francesas", y presentó como opciones un proceso de recapitalización, la creación de una sociedad mixta e, incluso, la nacionalización de las empresas afectadas.

En Italia el Consejo de Ministros evalúa la conversión de Alitalia en una empresa mixta con mayoría accionaria estatal, y una inversión de 600 millones de euros para tratar de sostener al conjunto de las aerolíneas nacionales. La crisis de Alitalia no se inició con la pandemia. Muy por el contrario, viene perdiendo unos 300 millones de euros anuales y la pandemia actual agravó radicalmente estos guarismos.

Mientras los Estados manifiestan grandes preocupaciones por la situación de empresas y empresarios, en España Burger King cerró sus puertas y suspendió los contratos de 14.000 trabajadores, dejándolos literalmente en la calle.

A diferencia de lo que sucede con los empresarios, el Estado español no ha demostrado interés alguno en organizar su salvataje.