Carlos Ghosn, ex CEO de Nissan, escapó de Japón en una fuga de película
El empresario Carlos Ghosn, ex CEO de Nissan, de 65 años, huyó de Japón, donde gozaba de prisión domiciliaria desde hace 4 meses, mientras esperaba ser juzgado por fraude. Su fuga sorprendió hasta a sus abogados, que alegaron desconocer los propósitos del empresario.
En la madrugada de este jueves, la policía turca detuvo a siete personas involucradas en su fuga, que incluyó un vuelo en avión privado desde el Aeropuerto de Kansai hacia Estambul, desde donde tomó un vuelo regular hasta el Líbano. Cuatro de ellas eran pilotos.
Sounds like a defense team in China:
— the oranckay (@oranckay) January 2, 2020
“His Japanese legal team was blindsided. He’d supposedly handed over all of his travel documents. “I want to ask him, ‘How could you do this to us?’” his lawyer, Junichiro Hironaka, told reporters.” https://t.co/oQLcQc4GaO
Nacido en Brasil, Chosn estudió en el Líbano y desarrolló su carrera profesional en Francia, en la empresa Renault, y fue el gestor principal de la alianza entre la marca francesa y Nissan, asumiendo como CEO en la nación oriental.
Junichiro Hironaka, jefe de sus abogados, declaró que su estudio conservaba en su poder tres pasaportes pertenecientes a Chosn: brasileño, francés y libanés. Sin embargo, el empresario mantenía otros dos pasaportes en su poder, que fueron utilizados para la fuga.
La operación fue tramada minuciosamente por su mujer, Carole Goshn, quien contrató a una orquesta para oficiar un concierto gregoriano en su propiedad japonesa. A la salida, y ante la vista de la policía de Japón, el empresario fue introducido en la caja de un contrabajo –aprovechando su baja talla-, que fue disimulado entre el resto de los instrumentos. Desde allí fue trasladado al Aeropuerto de Kansai, a 6 hs. de distancia, para ser depositado en un avión privado.
Carole tomó contacto con Goshn en el Líbano, y afirmó que ese fue el “mejor regalo que le hizo en su vida”. El Gobierno libanés salió inmediatamente a negar cualquier implicación en la fuga.
Ya que Ghosn es muy popular en su tierra adoptiva, el plan de fuga tendría previsto su entrega en el Líbano, ya que las leyes serían mucho más benignas. Hasta el momento se encuentra en su mansión familiar, fuertemente resguardada por un moderno sistema de vigilancia y por seguridad privada.
Ghosn se encontraba a la espera de un juicio por fraude, tras haber ocultado más de 80 millones de dólares, que derivó a sus cuentas personales. Su fuga le significó la pérdida de la finanza que debió depositar para optar por la prisión domiciliaria, de 13,8 millones de dólares.
La cinematográfica fuga significó un papelón de proporciones para el Estado japonés, que hasta ahora lucía orgulloso la excelencia de su sistema de seguridad.
El único temor del empresario es que las presiones internacionales terminen depositándolo nuevamente en Japón, ahora en una celda. Sin embargo, confía en que sus influencias sobre el establishment libanés permitan evitarle ese destino.