
Sonrientes y distendidos, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Elisa Carrió se reunieron el último viernes para fortalecer" la coalición de Juntos por el Cambio, en un claro gesto que dejó al descubierto la profundización de las tensiones internas.
Durante la semana la fundadora de la Coalición Cívica había agitado el avispero con una serie de jugadas estratégicas. Primero, sorprendió cuando respaldó la designación de Daniel Refecas como nuevo procurador, diferenciándose del ala dura del espacio, que comanda Patricia Bullrich.
"Es necesario un gesto institucional exento de especulaciones políticas", dijo en un comunicado de su partido y agregó: "Sabe de derecho, lo respaldan los fiscales más serios de la Nación".
Más tarde, apuntó contra el ex presidente Mauricio Macri: aseguró que "ya fue" y contó que está "enojada" porque él "le faltó el respeto".
Sin especificar los motivos de su malestar, declaró: “A mí nunca me permitieron con una formación enorme ser presidente de los argentinos; ni el periodismo ni la gente. A él se lo permitieron y nosotros acompañamos y cumplimos mandato porque paramos dos golpes”.
Pero Carrió dio la estocada final el viernes cuando recibió en su chacra de Exaltación de la Cruz a Larreta y Vidal, junto al diputado nacional Maximiliano Ferraro y la legisladora bonaerense Maricel Etchecoin, ambos de la Coalición Cívica.
Si bien los voceros del jefe de Gobierno y de la ex gobernadora bonaerense se encargaron de bajarle el tono a la reunión, allegados al ala dura entendieron al cónclave como un apoyo explícito al sector dialoguista de Larreta.
En la otra vereda, Miguel Ángel Pichetto y Alfredo Cornejo salieron a bancar al ex Presidente y aclararon que “no sobra nadie” dentro de Juntos por el Cambio: “Macri no fue. Es alguien que tiene 30 puntos, tiene una historia, fundó un partido, es el dueño de un conjunto de ideas, y lo conocen en el pueblo más recóndito del país”.
En este contexto de extrema tensión, la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se reúne este lunes para dirimir si va a acompañar o no la designación de Rafecas como jefe de los fiscales. Duros y moderados se verán las caras frente a frente. Las tensiones recrudecen, pero el objetivo sería uno solo: mantener unida a la alianza opositora. ¿Lo lograrán?