Facundo Gallo, el fotógrafo argentino que triunfa en National Geographic y el mundo
Por Noël Gibelli, especial para NOVA
En una nueva entrega de “Entre Periodistas”, NOVA dialogó con el destacado fotógrafo Facundo Gallo, quien cuenta con una interesante trayectoria.
— ¿De dónde sos, Facundo?
— Nací, en la Ciudad de Buenos Aires, viví en Recoleta y mi primer estudio de fotografía lo tuve en Palermo.
— ¿Cuándo nace tu pasión por la fotografía?
—De muy chico miraba “La aventura del hombre” y soñaba con estar ahí cerca de la naturaleza. A los 22 años hago un curso de fotografía y ahí nació mi profesión. Hasta hoy no paro de estudiar para seguir progresando.
— ¿Dónde estudiaste?
— Estudié en Andy Goldsteing, después con cada trabajo que fui adquiriendo conocimientos nuevos, aprendí mucho más, y mi maestro de maestros es Mr. YouTube.
— ¿Cuál fue tu primer trabajo?
— Mi primer trabajo fue como fotógrafo de producto en el supermercado Coto de Ciudadela. Para ir tenía que tomarme dos bondis y un tren, me pagaban 600 pesos y trabajaba de lunes a viernes de 8 a 18 horas. Paralelamente trabajaba de Relacionista Público por las noches y ganaba 5 mil pesos por mes aproximadamente. En ese momento no había Google Maps, era todo con la Guía T y recuerdo que un día llegué tarde a un trabajo que teníamos que hacer en el estudio y me comí un puteada por demás, yo había salido de casa una hora y media antes, no tenía idea de que iba a tardar hora cuarenta y cinco en llegar. Ese mismo día renuncié a ese trabajo por ue no me gusta que me maltraten y me sentí agredido.
— ¿Por qué ramas de la fotografía te has aventurado en tus comienzos?
— Apenas empecé, hacía fotografía de productos, books, prácticamente me dediqué a eso durante años, y siempre trataba de conseguir trabajos en la naturaleza, poco a poco se me fue dando.
— ¿Cuál era desde chico el área que más te apasionaba?
— Siempre me llevé mejor con las artes, en el test vocacional mío salió que iba a ser artista, músico y no recuerdo qué otras cosas habían salido. Toco la guitarra, no la rompo, pero me divierto y eso es lo que importa.
— ¿A qué edad pusiste tu primer estudio de Fotografía?
— A los 29 años puse mi primer estudio, un PH de tres ambientes en Palermo Hollywood, estuve 6 años, de ahí me fui a una casa de cinco ambientes enormes, tres baños, patio, un estudio muy lindo pero no lo usé tanto, justo a los meses de ponerlo formé mi productora “La Huella Films” con Jorge Otamendi y no paramos de viajar. Siempre trabajé de fotógrafo, siempre le di prioridad a mi trabajo.
— ¿Cómo creaste “La Huella Films”?
— Un día hice un trabajo con Jorge Otamendi en un campo por La Pampa, trabajamos muy bien y nos complementamos mucho, él era muy bueno con el drone y yo hacía timelapse y algunas tomas de abajo, nos propusimos trabajar en conjunto y crear una productora. Así nació “La Huella Films”, poco a poco vamos marcando un lindo camino a todo terreno, nos apasiona por igual la naturaleza y vivir de la fotografía.
— ¿Trabajaste con National Geographic?
— Trabajamos varias veces, tuve la suerte de formar parte de una expedición de 18 días en el fin del mundo, en la Península Mitre, Ushuaia. Tardamos en llegar tres días a caballo atravesando acantilados, turbales, bosques, playas, ríos, lluvias, nieves, granizos, arcoíris, caballos salvajes, aves, etcétera.
Fuimos a cubrir una historia de un barco que encalló en el año 1800, la Purísima Concepción, que venía de España, y encalló en la península donde se encontraron con indios y sociabilizaron a cambio de vajillas, armas, comida y reconstruyeron con los árboles que había en esa zona otro barco para que los 200 tripulantes puedan seguir su camino. Sin dudas una de las mejores experiencias de mi vida.
— ¿Te gustaría tomar fotografías en Córdoba?
— Claro que sí, amo Córdoba, tengo fotones allá, viajé mucho a San Marcos Sierra, Capilla del Monte, Río Cuarto.
— ¿Cómo modificó la pandemia tu actividad profesional?
— Estamos casi a mediados de noviembre, metí dos trabajos chicos en diez meses y acá estamos, sobreviviendo a la pandemia. Tenía plata ahorrada, no era mucho pero sobreviví varios meses gracias a eso.
Además, paralelamente empecé a dar clases de fotografía nuevamente para no gastar los ahorros y dediqué más tiempo a vender mis fotos, como cuadros. Tuve meses buenos y meses malos, pero no me quejo, acá estoy todavía con muchas ganas de seguir trabajando.
Jamás pedí ningún plan, ni el IFE ni el Trabajar, sé que me correspondería sacarlo, pero no me tiraría a vago si sé que de arriba me cae plata para pagar el alquiler o comida, etcétera. No paré de moverme para conseguir alumnos, para vender cuadros.
Pienso que el Estado podría habernos ayudado mucho más a los artistas, yo soy responsable inscripto, pago mis impuestos como todos y nunca recibí ningún mail de AFIP para que me reintegren nada o para que cobre el IFE. Pero sí recibo mails de la AFIP para que pague.
Yo hacía publicidad en Instagram, metía 15 mil pesos por mes en publicidad y apenas hacía unos pesos de más para pagar el alquiler y vivir.
El Gobierno sacó el impuesto al dólar cobrando un 30 por ciento y al otro mes se agregó un 35 por ciento más, o sea, empecé a pagar 25 mil pesos en publicidad y perdí plata ese mes, bajó mucho el laburo en agosto, en septiembre vendí una foto enorme a un buen precio y con eso viví el mes. No es fácil, pero nada más lindo que mi profesión.
— ¿Cuál es tu sueño o nuevo proyecto?
— Mi sueño lo vivo todos los días. Viajar por el mundo es mi sueño, y la verdad que tengo mucho viaje arriba, mi sueño en cuanto a mi profesión fue trabajar para Nat Geo y también lo cumplí, eso me dio una satisfacción enorme.