La cuarentena sin duda alguna te hace perder la noción del tiempo. Ni recordaba cuándo fue la última vez que nos leímos, pero lo importante es que volví y con una de esas noticias que nos gustan a todos: las relaciones amorosas en lugares públicos o estudios de televisión. Esa maravilla del detrás de escena que el gran público no ve, pero que los técnicos están siempre atentos.

Ahora la magia y la química detrás de cámara se vivió en el flamante retorno a la televisión del programa más visto de cocina en nuestro país: MasterChef. Fiel a su estilo, con reglas bien claras, pero contando con la participación de los "famosos" (casi tan devaluados como el peso argentino), ha generado un producto que de domingo a jueves parece rendir muy bien en el rating, además de algunas relaciones amorosas/sexuales impensadas, pero reales.

Justamente la historia de "amor" a la cual haremos mención en este pequeño espacio de información es la relación que nació en la cocina entre la hija Aníbal Pachano, ex jurado del Bailando y conocido por su histriónica galera, Sofía Pachano, y el cantante de Kapanga, Martín "Mono" Fabio.

La pareja de la bailarina, vegetariana, y el músico, amante de los asados, rompió todas las estadísticas posibles en cuanto a imaginar una unión amorosa, pero lo cierto es que la pasión entre ellos nació entre risas y charlas de preproducción, salidas acompañados de las grabaciones de MasterChef, tomando el mismo rumbo e, incluso, llevándose el uno al otro hacia sus respectivos destinos.

Pero no todo fue compañía y salidas, ya que el "Mono" no iba a arreglárselas solo para disfrutar de su buen momento cariñoso, y la bailarina no le escapó a la pirueta para colgarse del árbol y acorralar al músico.

Sofía y Martín, luego de algunas semanas de hacerse compañía, comenzaron a perder la vergüenza y algunos técnicos confiesan haber visto cómo el cantante salía de atrás de algunos muebles de escenografía arreglándose los pantalones y minutos después lo hacía, del mismo lugar, la joven bailarina con la misma cara de póker de Graciela Alfano en las peleas con su padre.

¿Será verdadero amor? ¿Se tratará de unos buenos golpes de hornos que ambos se están dando? ¿Estarán probando los diferentes puntos de ebullición? Nadie lo puede confirmar, pero lo cierto es que la bailarina y el cantante no tienen problemas en comerse mutuamente.