Editorial
Puntos de vistas

Entre el "populismo" y los manotazos de ahogado

Las últimas medidas del Ejecutivo son para intentar sacar a flote un barco en pleno naufragio. (Dibujo: NOVA)

La paliza electoral que recibió el oficialismo en las PASO todavía lo dejó grogui y sin poder recuperarse del cimbronazo de tamaña derrota. Para intentar paliar ese descontento en las urnas se tomaron medidas apuradas y arrebatadas, que fueron criticadas por los propios funcionarios actuales cuando habían sido implementadas por el gobierno anterior.

Lejos de apaciguar las aguas, las resoluciones que fue tomando el Ejecutivo provocaron una crisis financiera inédita, hasta que un domingo por la tarde, apremiados por el default selectivo y la fuga de divisas, debieron apostar al cepo, que, por temor a esa palabra, a partir de ahora lo denominaron como “control de cambio”.

Si bien no es de las mismas características de lo que fue durante el kirchnerismo, no deja de ser una medida tardía, como todas las anteriores. Por la especulación económica y la bicicleta financiera, el Banco Central ya liquidó varios miles de millones de dólares y que, por decisiones tomadas por Mauricio Macri y su equipo, la entidad se fue quedando sin dinero.

El miedo de los ahorristas se incrementó, a pesar de los anuncios del Gobierno que perjuran que no se trata de un corralito, a pesar de las restricciones para realizar movimientos bancarios. Lo cierto es que, más allá de los posibles errores que se hayan cometido desde diciembre de 2015 a la actualidad, la fuga de divisas no es casualidad.

Todas las medidas adoptadas por Cambiemos facilitaron el mecanismo para que grandes compañías y bancos internacionales formaran parte de la bicicleta financiera, acompañada por la impericia de una gestión que siempre priorizó los negocios de sus amigos empresarios en lugar de los argentinos que depositaron su confianza en ellos y que, ahora, se sienten defraudados.

De continuar por este camino, la incertidumbre será una constante, al menos hasta el 27 de octubre cuando se confirme si Macri continúa por cuatro años más al frente de un barco que está en pleno naufragio, o si, por el contrario, a partir de diciembre asume un nuevo presidente para intentar que el país no se vuelva a hundir, como en épocas pasadas.

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