El presidente pidió que se midiera su mandato según los datos de la pobreza y, cuando ya está llegando el fin de su primera gestión al frente del país, esos números son preocupantes y alarmantes. No solamente que no pudo reducir el porcentaje, sino que se incrementó considerablemente y, de acá a diciembre, podría seguir aumentando.
“La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar”, fue otra de las frases que lanzó Mauricio Macri en su campaña. Cuando se termine este año, la inflación superará el 50 por ciento y será la segunda más alta en todo el mundo. Cada medida implementada por el gobierno para intentar frenar la suba de precios, terminó siendo un traspié tras otro.
Esta semana, el ministro de Economía, Hernán Lacunza, presentará en el Congreso Nacional el primer borrador del presupuesto para el año próximo, en el cual, si se repiten los resultados de las PASO, el espacio político que tome las decisiones financieras será otro.
Los números que allí están plasmados no son para nada alentadores. Muy por el contrario, son inquietantes. Sobre todo, teniendo en cuenta que, en años anteriores, desde el oficialismo nunca se reconoció esa incapacidad para gobernar y, sobre todo, porque la ley de leyes que se aprobó desde un comienzo de la gestión de Cambiemos, tuvo metas demasiado optimistas.
En este caso, según lo que estipulan para el 2020, el valor promedio del dólar será de 65 pesos y una inflación de 34 puntos que, si bien bajaría al menos un 20 por ciento de lo que se espera para este año, no deja de ser un número demasiado alto. En cuanto al precio de la divisa estadounidense, algunos economistas consideran que será mucho más elevado y que podría alcanzar los 75 pesos.
De todos modos, por un pedido exclusivo de Macri para que no haya debates económicos en medio de la campaña, el presupuesto recién se tratará en ambas cámaras después de las elecciones generales de octubre próximo, donde ya se habrán conocido los resultados que determinarán si Cambiemos continuará en el poder o si, por el contrario, Alberto Fernández tomará las riendas de un país con una economía totalmente quebrada.
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