Según explicaron voceros sindicales a través de un comunicado, "nuestro trabajo es muy específico, requiere un conocimiento que no tienen los trabajadores de otras áreas", por lo que consideran inapropiada la decisión del Gobierno porteño de unificar las "misiones y funciones" de la Dirección de Cementerios con la de Espacios Verdes, ya que "no tienen relación entre sí".

La decisión del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta va en línea con las políticas de la Ciudad de devaluar las capacidades y experticia de los agentes públicos, para favorecer una devaluación de sus salarios y facilitar el recambio de los agentes por mano de obra no calificada.

Ante la insistencia del Gobierno porteño en desoír las objeciones formuladas, los trabajadores declararon el estado de asamblea permanente, medida que afectó el desarrollo normal de los servicios de inhumaciones y cremaciones.

Las medidas de fuerza debieron suspenderse provisoriamente ante la declaración de una conciliación obligatoria que expirará el próximo martes. Al no existir entendimiento entre las partes, se prevé una profundización de las medidas de fuerza que afectará a los cementerios de la Chacarita, de Flores y de Recoleta.

A título informativo, sólo en el Cementerio de la Chacarita se realizan 60 servicios diarios que, en caso de no funcionar la gestión administrativa, implicará que los féretros queden apilados en el depósito a la espera de su sepultura o su cremación.

Para tratar de destrabar esta grave situación, los legisladores porteños del Frente de Todos recibieron este viernes a una delegación sindical. Del encuentro participaron el presidente del bloque, Claudio Ferreño, la vicepresidenta segunda de la Legislatura, María Rosa Muiños, y el legislador Javier Andrade.

Los trabajadores expresaron sus preocupaciones y reclamos, que fueron recepcionados por los legisladores, quienes se comprometieron a intervenir para tratar de dar rápida resolución al conflicto planteado.

Tal como sucedió con el predio de la Policía Montada, se trataría de un nuevo negocio inmobiliario de la gestión Rodríguez Larreta, que ahora puso el ojo en la liquidación de los terrenos de los cementerios porteños.

El espectáculo de centenares de cadáveres apilados a la espera de su destino final es una situación que los interlocutores de la reunión de este viernes desean evitar, pero que al Gobierno porteño parece no incomodarle demasiado, al insistir en su negativa de reconsiderar los argumentos de los trabajadores del área y a negociar con los afectados.