El dirigente del PRO sería amigo personal de los dueños de una renombrada inmobiliaria de La Plata, y según denunciaron algunas de sus víctimas, las “operaciones inmobiliarias” a esos fines son moneda corriente.

El derrotero que incluye infidelidades, acoso sexual, supuestas relaciones íntimas con menores y malos tratos a su ex pareja no termina. Fuentes confiables le aseguraron a este medio que “existen serias sospechas” sobre una posible vinculación del edil y su entorno “de la noche” con la desaparición de la joven Johana Ramallo, cuyos restos fueron hallados el año pasado en Berisso.

“Una persona allegada a Irurueta me confesó que él preguntó con insistencia y con mucha preocupación en muchas oportunidades qué sabía de ella por los medios”, narró la fuente en cuestión. Ramallo era cooperativista y vivía en la localidad de Villa Elvira.

“Es en esa zona justamente dónde Irurueta regenteaba a varias chicas para prostituirlas”, completó, sugiriendo la posibilidad de que la víctima haya participado “en alguna de esas fiestas que el concejal promovía con drogas y todo tipo de excesos”.

Cabe recordar que el concejal de Juntos por el Cambio fue denunciado por su ex esposa, Agostina Mele, que en sede policial contó haber sido víctima de violencia verbal y física, amedrentamientos y hasta amenazas de muerte.

Antes de divorciarse, grabó algunas de las discusiones que mantuvo con Irurueta y después difundió los audios. En ellos se mencionan otros tipos de delitos que por ahora no fueron denunciados formalmente, pero son parte de la usina de versiones en el microclima político.