Mientras Kicillof le hablaba a la militancia, Vidal participó de una misa en una basílica de La Plata

Luego de participar en la Legislatura bonaerense de La Plata de la asunción de su sucesor, Axel Kicillof, la gobernadora saliente María Eugenia Vidal hizo una aparición inesperada en la parroquia San Ponciano –diagonal 80 y 48- para presenciar la misa que se ofrece todos los mediodías.
Como una ciudadana de a pie, Vidal ingresó al templo en soledad, sin custodia, luego de bajar de un vehículo particular que la dejó a metros del ingreso, minutos después de estar en el centro de la escena política en la Legislatura y mientras a escasos 200 metros, en Plaza San Martín, su reemplazante en Casa de Gobierno brindaba un discurso a los militantes del peronismo.
Sin los despojos del poder a cuestas, en la parroquia, la ex primer mandataria provincial se mostró sonriente y relajada. Conversó amenamente y se dejó fotografiar con varios de los feligreses -no superaban la veintena- que participaron del ritual religioso.
Vidal caminó por las instalaciones de San Ponciano –oró en el camarín de la Virgen de Luján-, recibió “felicitaciones” de los presentes y fue despedida con un fuerte aplauso antes de abandonar el recinto.