El proceso de transición está llegando a su fin y con la determinación de que el traspaso de mando se hará en el Congreso Nacional, son pocas las cuestiones que restan por resolver. Mientras tanto, cada uno de los actores de la escena política argentina se encuentra abocado a finiquitar las tareas antes de que se produzca el cambio de roles.
La oposición actual pasará a ser oficialismo y viceversa. En este sentido, Mauricio Macri se encuentra tejiendo redes para plantarse como líder y adversario principal al Frente de Todos. Para eso deberá maniobrar cautelosamente para contener a los distintos espacios que apoyaron su candidatura presidencial, y la única trinchera para ubicar a los suyos es la CABA.
Sin embargo, deberá sortear un escollo llamado Horacio Rodríguez Larreta, que también aspira a ser el referente máximo del espacio y quien no estaría dispuesto a ceder demasiado terreno. Por lo pronto, se va confirmando que para el próximo año, la presidenta del PRO será la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ocupando un lugar que será un nicho político.
Una de las incógnitas de cara al futuro cercano es la postura que adoptará al respecto Macri una vez que finalice su mandato: si será garante de gobernabilidad o si, por el contrario, encabezará una oposición recta, sin aportar los consensos necesarios para reactivar una economía que él mismo se encargó de quebrar y empeorar en todos sus índices.
Desde el otro lado del mostrador, Alberto Fernández ya se encargó de aclarar públicamente que su intención es clausurar la grieta y, para ello, ya realizó algunas acciones que apuntan a aproximar las posiciones entre sectores antagónicos de la sociedad. El ejemplo más claro es el Consejo contra el Hambre, que reunió a dirigentes políticos, sindicales, sociales y empresariales.
Mientras tanto, el presidente electo tiene la mira puesta en darle el toque final al Gabinete, que ya tiene la mayoría de las áreas confirmadas. Sin embargo, una de las incógnitas es quién se hará cargo del Ministerio de Economía, algo que recién se sabrá con exactitud el próximo viernes 6 de diciembre, cuando finalmente sea la confirmación oficial.
La apertura de Fernández incluso llega hasta el punto de ofrecerle a Marco Lavagna ser el titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos. El referente de Consenso Federal podría sumarse al futuro gobierno y los rumores indican que su padre, Roberto Lavagna, también podría acordar ser uno de los asesores económicos, aunque sin ocupar un cargo específico.
Hasta el momento hay dos claros rumbos, por un lado, el del presidente electo, que intenta sumar voluntades porque sabe que a partir del 10 de diciembre asumirá el duro compromiso de sacar a flote la situación financiera y, por el otro lado, asoma Macri, que no ha demostrado demasiada voluntad para acompañar el proceso de estabilización.