Editorial
Puntos de vista

Un desafío difícil de asumir

Alberto Fernández deberá encontrar la manera para inyectarle dólares al Banco Central y no perjudicar todavía más los bolsillos de la gente. (Dibujo: NOVA)

Quedan apenas unos días para que la gestión del macrismo llegue a su fin, dejando un país en condiciones catastróficas, empeorando todos los índices y con niveles de pobreza y hambre preocupantes. Durante los cuatro años de mandato, Mauricio Macri optó por hablar de las dificultades para gobernar por la pesada herencia que había recibido del kichnerismo, ¿qué tendrá para decir entonces el futuro presidente?

El 10 de diciembre asumirá Alberto Fernández, quien deberá tomar las riendas de una Argentina desorientada, endeudada superando límites históricos y con las reservas del Banco Central que todavía siguen siendo una incógnita. Será un desafío complejo y, seguramente, deberá atravesar un reclamo constante de una parte de la sociedad.

Ese 40 por ciento que optó por Macri en las elecciones del 27 de octubre pasado y que, desde 2015 hasta la actualidad hizo la vista gorda en cada decisión errónea y en cada medida de Cambiemos para beneficiar a sus amigos empresarios, a partir de ahora montarán una batalla protestante exigiendo soluciones rápidas y mágicas para un país desbastado.

Muchos ya comenzaron a alzar su voz luego de lo que fue la primera reunión para combatir el hambre, que convocó a sectores de la sociedad que hasta hace algunas semanas, parecía imposible que se unieran. Quizás la intención fue desviar el foco hacia la presencia de Marcelo Tinelli y, al mismo tiempo, correr el eje de los miles de chicos que no tienen para comer.

Por otra parte, los grandes medios alineados al macrismo, seguramente le dedicarán varias tapas a Alberto Fernández, resaltado sus traspiés, incitando a la crítica y quizás con algunas informaciones equivocadas, un mecanismo que ya tuvo su capítulo en el pasado durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y que sirvió para polarizar al país para que, de esta forma, Macri pueda acceder a la Casa Rosada.

Justamente, uno de los objetivos que AF afirmó públicamente que tendrá su gobierno será derribar esa barrera y separar la grieta que tanto daño le ha hecho al país. Esa será una tarea titánica, teniendo en cuenta que esa división no comenzó en los doce años del kirchnerismo, ni muchos, sino que tiene un origen histórico y ya se ha instalado como una marca característica del país.

El hambre, la pobreza, el empleo, la industria, la educación, la salud y otras tantas cosas más deberán ser primordiales para el próximo presidente. Pero para poder mejorar esos índices, primero deberá sortear la piedra más pesada que deja Macri, y son los vencimientos de deuda. Sin duda, será el escollo más duro de esquivar en los primeros meses de gestión, teniendo en cuenta que, por el dinero que debe devolver, Cambiemos deja realmente una pesada herencia y un desafío difícil de asumir.

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