

Por Alberto Lettieri, especial para NOVA
Mata Hari es, tal vez, el ícono más destacado de la sexualidad femenina de la Belle Epoque. Una mujer que encandiló a diplomáticos, políticos y militares de toda Europa con sus bailes y sus habilidades sexuales, que cultivó ella misma inventando mentiras y fantasías. Su trágico destino la llevó a involucrarse en el mundo del espionaje, lo que finalmente le costaría la vida. Acusada por Francia como espía alemana durante la Primera Guerra Mundial, y responsabilizada de la muerte de 20.000 soldados aliados, fue condenada a muerte y ejecutada en Vincennes, en 1917, a los 41 años.
Sin embargo, todo lo relacionado con esta bella holandesa permanece en un cono de sospechas. Desde su condición de espía, hasta su difundida voracidad sexual.
Mata Hari nació bajo el nombre de Margaretha Geertruida Zelle en Leeuwarden, Holanda, el 7 de agosto de 1876. Nacida en una familia acomodada, la suerte en los negocios de su padre concluyó en catástrofe, por lo que Gretha terminó viviendo con unos parientes. No soportó mucho tiempo la situación, y a los 18 años respondió a un anuncio en un periódico en el que Rudolf John MacLeod, un aristócrata y alto oficial del ejército colonial holandés en las Indias Orientales, buscaba pareja. MacLeod, que casi le doblaba la edad, y Mata Hari se casaron al cabo de cuatro meses.
Pero el matrimonio no fue feliz. MacLeod era un alcohólico afecto a propinarle palizas, y ni siquiera se preocupó en ocultarle a sus amantes, con las que intimaba en su propia casa. Gretha lo abandonó por otro oficial más joven, pero luego retornó atendiendo a sus súplicas.
Mientras sufría las peripecias de su vida privada, y casi aislada en el oriente, Gretha se dedicó a estudiar la cultura indonesia y sus danzas, convirtiéndose en una bailarina exótica cuyos dotes le permitirían alcanzar la fama más adelante.
Gretha tuvo dos hijos con su marido en 1897 y 1898, uno de los cuales falleció en 1899 y la otra salvó la vida milagrosamente. También aquí aparece la sospecha. ¿Fueron envenenados por un enemigo de marido, o la causa fue la sífilis transmitida por los padres?
Gretha se separó en 1902 y regresó a Holanda. Inicialmente obtuvo la custodia de su hija, pero, como MacLeod jamás pagó la asignación acordada, Gretha se vio obligada a entregársela a su padre. La situación la afectó gravemente, y consideró seriamente la posibilidad de suicidarse, tras perder “a mi pequeña, mi casa, mi confort”.
Finalmente decidió mudarse a París, donde intentó ganarse la vida de forma respetable. Dictó lecciones de piano y de alemán, se ofreció como dama de compañía. Pero nada de esto le permitía mantener su standard de vida. Por eso comenzó a trabajar como modelo para artistas, actividad que le proporcionó contactos en el mundo de la farándula.
Así, en 1905 empezó a bailar profesionalmente, con el nombre artístico de Lady MacLeod. Pronto lo cambió por el de Mata Hari, una expresión malaya que alude al sol y que significa 'ojo del día'. Bailaba casi desnuda, lo que le garantizó un éxito inmediato. Rápidamente transitó por la mayoría de los escenarios más destacados de Europa, desde la Ópera de París a La Scala de Milán, y en los principales salones privados de toda Europa.
Sus cartas muestran, en cambio, la desolación de esta mujer que había alcanzado el éxito artístico, pero había perdido a todos sus afectos. En ellas confiesa haberse prostituido frecuentemente, aunque la relación con su ex marido había liquidado su pasión, provocándole una enorme aversión por el sexo. Sus amantes eran militares y políticos de alto nivel, que celebraban sus dotes amatorias. No sabían que era una puesta en escena. Tampoco les importaba mucho.
Con el inicio de la Primera Guerra Mundial, Mata Hari se convierte en un personaje controvertido. ¿Qué había detrás de esta mujer que hacía gala de una insólita independencia para su época, y que tenía acceso a la élite de media Europa?
La leyenda de Mata Haria da cuenta de que fue contratada por los alemanes para trabajar como espía, así como también para los franceses como agente doble y hasta quizá para los rusos. Pero nunca se han encontrado pruebas contundentes de que, efectivamente, se haya dedicado al espionaje. Sin embargo, esto no fue obstáculo para que un tribunal francés la condenara a muerte sin pruebas concluyentes.
Mata Hari, la diosa del sexo que tenía aversión al sexo, fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento el 15 de octubre de 1917. Frente al pelotón solicitó que no le vendaran los ojos y envió un beso a los soldados. Sólo tenía 41 años.