Sequía y cambio de gobierno: el cóctel que preocupa a los intendentes del sudoeste bonaerense
La declaración de emergencia agropecuaria en doce distritos del corredor productivo de la provincia de Buenos Aires busca traer un poco de alivio a las economías regionales fuertemente afectadas por la sequía, pero hasta para los jefe comunales de Cambiemos la medida llega demasiado tarde, por lo que esperan que el próximo gobierno tome nuevas medidas.
"No conocemos cuáles van a ser las políticas que Alberto Fernández y Axel Kicillof van a aplicar para el campo", advirtió el jefe comunal de Puán, Facundo Castelli, luego de reconocer que la declaración de emergencia apenas alcanza a representar un paliativo para los sectores afectados.
Ayer nos reunimos junto a intendentes y legisladores de #JuntosPorElCambio de la #SextaSección para continuar trabajando en equipo y avanzar en propuestas de desarrollo para nuestra región. pic.twitter.com/OTaj2yGgSv
— Facundo Castelli (@CastelliPuan) November 9, 2019
“Nuestra economía depende en un 60 o 70 por ciento de la producción agropecuaria y no solo por la cosecha, que ya se ha perdido en gran parte, sino también por el pastoreo para el ganado que ahora es de baja calidad”, amplió el intendente y agregó que “eso derrama negativamente porque el productor no recibe plata y entonces no gasta en el pueblo y se produce un círculo vicioso".
La medida del Ministerio de Agroindustria de la Provincia tendrá efectos sobre los distritos de Adolfo Alsina, Coronel Suárez, Laprida, Pellegrini, Puán y Salliqueló, y en algunas circunscripciones de Bahía Blanca, Coronel Rosales, Saavedra, Tornquist, Coronel Pringles y Villarino, que a partir de su implementación podrán solicitar prórrogas y exenciones impositivas, además de acceder a líneas de créditos blandos.
Según las estadísticas de la mesa agropecuaria provincial se trata además de la segunda mayor sequía de los últimos 100 años, por lo que advierten que aunque llegaran las lluvias, ya no sería suficiente para corregir el faltante de agua en los sembrados, por lo que en el mejor de los casos los rindes serán muy bajos, aunque la mayoría cree que la cosecha de cebada y trigo están totalmente pérdidas.
Pero un elemento político se mete en el medio de la situación, ya que el recambio de autoridades nacionales y provinciales abrió una nueva incertidumbre con los productores que no saben cuáles son las medidas que el próximo gobierno aplicará para el sector y existe el temor de que aumente la presión impositiva, atento a las medidas de la etapa anterior del kirchnerismo, lo que sería “terminal” después de la sequía.