No obstante, el plan albiceleste se derrumbó en cada contraataque alemán, que mostró transiciones de defensa a ataque con una velocidad notable, eran aviones. Así encontraron en más de una oportunidad mal parado a su rival: primero a los 15 minutos, Gnabry abrió la cuenta; acto seguido, a los 22, Havertz estiró la ventaja. Y podrían haber sido más si no fuera por Agustín Marchesín.

El complemento mostró una característica totalmente distinta. En el entretiempo, el entrenador ajustó las tuercas que eran necesarias para que Alemania no sorprendiera en cada contragolpe. Por lo tanto, Argentina dejó de sufrir en defensa.

Pero a eso se le sumó la actuación estelar del “Pipa” Alario, quien ingresó por Paulo Dybala a los 62. Todo bien hizo el ex Colón y River, quien tardó tan solo cuatro minutos para marcar el descuento de cabeza tras un gran centro del costado izquierdo.

A esta presentación, con la confianza al ciento por ciento, Alario desequilibró en varias oportunidades y hasta se hizo eje de conducción, cuando en verdad es un centrodelantero. Así, a los 85, entró al área rival trasladando el balón y asistió a Ocampos para que concretara el resultado final: 2-2.

De esta forma, el entrenador argentino sigue sumando buenos rendimientos en su sorpresivo paso al mando de la Selección Nacional. El próximo encuentro será el domingo a las 11 de la mañana contra Ecuador, en España.