La situación en el Hospital Municipal ha sido definida por los profesionales de la salud como catastrófica. Neonatología está cerrada, también internación pediátrica, la Unidad de Terapia Intensiva está en estado crítico, no hay reactivos para análisis ni medicación para infartados y las bocas de oxígeno comenzaron a fallar por falta de mantenimiento.

En la jornada de este jueves, comenzó la derivación de pacientes a las localidades de Lobería y San Cayetano, y los casos más complejos se trasladan a Mar del Plata.

Cada una de las áreas presenta un panorama desolador: no hay elementos para trabajar, y los vehículos municipales están sin combustibles o arrumbados en el corralón por falta de repuestos. Todos los días el municipio deja de brindar servicios vitales, como la normal provisión de agua potable por falta de insumos.

Pese a que la situación se agrava con el correr de las horas, hay una total parálisis y falta de cintura política del intendente Facundo López, quien acusa a los trabajadores (a los que les han cortado la luz y el gas en sus hogares y muchos no llegan a pagar el alquiler, corriendo riesgo de desalojo) de hacer un paro político y a la gobernadora María Eugenia Vidal de negarse a adelantarle la coparticipación.

Vale recordar que López detonó todos los recursos y auxilios financieros que brinda la Provincia a municipios en aprietos: acabó con el descubierto en el Banco Provincia, ya se le dio adelanto de coparticipación, y se gastó los fondos adicionales que llegaron para obra pública.